Con este incidente, se registra una segunda ocasión en la que el presidente francés Emmanuel Macron recibe un huevo por parte de uno de sus ciudadanos. Recordemos que en el 2021, el mandatario sufrió el impacto de un «producto de gallina» luego de su visita al Salón Internacional de la Restauración y el Turismo de Lyon, por parte de un individuo que gritó “¡viva la revolución!”. Ahora, no muy lejos del descontento de aquella época, nuevamente recibe abucheos en su visita por Alsacia una región histórica del noreste del país europeo ubicada en el valle del río Rin, que limita con Alemania y Suiza.
Fue recibido con abucheos y gritos de dimisión
En la confrontación del 2021, Emmanuel Macron expresó —luego del huevazo— «si tiene algo que decirme que venga”, y aseguró que iría a ver más tarde al joven que lo «atacó». La policía local se llevó al sujeto y no se supo más del caso. Ahora en su caminata por la región histórica, el presidente francés fue recibido con abucheos y gritos de dimisión —acto formal de dejar o abandonar el cargo político—. Esta fue la primera de sus salidas de París dentro de su intento de reconectar con los ciudadanos tras la crisis de la reforma de las pensiones.
En su primera parada, visitó a una empresa de construcción en madera en la localidad de Muttersholtz. Tuvo que ser protegido una unidad de militares que desplazaron a los manifestantes, dado que la concentración no había sido autorizada. «Les pedimos que reculen. Último aviso: vamos a usar la fuerza», avisaron los integrantes del cuerpo de seguridad, según medios locales. La concentración junto a la empresa, llamada Mathis, se movió unos 200 metros, lo que no libró al presidente de los abucheos y del ruido de silbatos y cazuelas.
El objetivo de visitar a la empresa era conocer los encargos para los Juegos Olímpicos
Emmanuel Macron visitaba esta empresa para conocer la actividad de la compañía, que realiza varios encargos para los Juegos Olímpicos de París 2024, y conversar con algunos de sus empleados.Sin embargo, fue aún peor su recibimiento durante la tarde en la localidad alsaciana de Sélestat, donde decenas de personas le recibieron en la plaza principal con gritos de «Macron dimisión» e increpaciones sobre su reforma de las pensiones, convirtiendo el buscado baño de masas en uno de abucheos.
A pesar del mal recibimiento por parte de la ciudadanía, el presidente tiene previsto continuar con sus visitas sobre el terreno mañana jueves, con un desplazamiento a Hérault —sureste— centrado en cuestiones educativas. La reindustrialización, la educación y la sanidad figuran entre los principales objetivos de una serie de reformas que busca emprender el dirigente con su actual Gobierno dentro de un nuevo «pacto social» para calmar las aguas tras las continuas protestas por la reforma de las pensiones, según dijo en su discurso televisado de la noche del lunes.
A preguntas de algunos periodistas, Emmanuel Macron aseguró que la forma en que se aprobó la reforma de las pensiones —sin voto directo de la Asamblea Nacional— fue «legítima» y no atenta contra la democracia, e insistió en lo que considera «inútil» las protestas. «No serán las caceroladas lo que nos harán avanzar», afirmó, refiriéndose a las actuales manifestaciones. Por su parte, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, dijo sobre las protestas que recibieron al presidente que es «indispensable» que los miembros del Ejecutivo puedan desplazarse por el país y hablar con los ciudadanos sobre «las reformas que se han hecho y las que llegarán».