La vida de Tiger Woods cambió para siempre en 2017 cuando fue detenido por conducir bajo los efectos de las drogas. Tras estar un largo tiempo en prisión y vivir un calvario, el ganador de 15 Majors volvió a jugar al golf de manera profesional y volvió al circuito de la PGA.
Ahora, un nuevo escándalo sacude el presente del considerado uno de los mejores atletas de todos los tiempos en el mundo del deporte. Su última pareja Erica Herman lo demandó por una suma de 30 millones de dólares luego de no poder ingresar a la residencia que compartieron a lo largo de seis años durante su noviazgo.
Según la información que dio a conocer el portal TMZ, la hoy ex pareja de Woods afirmó que los abogados de Tiger la convencieron para que se tomase unas “cortas vacaciones” sin el golfista, pero una vez llegó al aeropuerto le indicaron que tenía bloqueado su acceso a la mansión y no se le permitió regresar al lugar.
La mansión del golfista, ubicada en Jupiter Island, zona de La Florida, está valudada en más de 50 millones de la moneda estadounidense y tiene su propio campo de golf, cancha de tenis, natatorio y todo tipo de lujos en una de los lugares más exclusivos del mundo.
Tras su separación, según la versión de Herman, Tiger le habría permitido a su ahora ex novia que use la residencia durante un período de tiempo equivalente a los años de pareja -fueron cinco-. El acuerdo, verbal según el reconocido medio de los Estados Unidos, sería verbal e incluía que un fideicomiso de Tiger -Jupiter Island Irrevocable Homestead Trust- se hiciera cargo de todos los gastos.
Es por esto que junto a sus abogados pidió la mencionada suma millonaria, que según los letrados corresponde al “valor razonable del alquiler” durante los años que le habrían prometido que podría vivir en la mansión.
Es por esto que junto a sus abogados pidió la mencionada suma millonaria, que según los letrados corresponde al “valor razonable del alquiler” durante los años que le habrían prometido que podría vivir en la mansión.