Tres personas fallecieron y otras seis resultaron heridas el jueves tras el impacto de un misil ruso en un edificio de apartamentos de cinco plantas en Zaporiyia, una ciudad del sureste de Ucrania, dijo la Policía local.
El proyectil destruyó varias plantas del inmueble de madrugada, explicó el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. Por el momento, el Servicio de Emergencias Estatal ha rescatado a 11 personas, indicó el departamento en un comunicado de prensa.
Zaporiyia tenía una población de más de 700 mil personas antes de que las tropas del Kremlin invadieran el país vecino hace poco más de un año. Es la capital administrativa de la provincia homónima, que está parcialmente ocupada y alberga la mayor central nuclear de Europa.
La artillería, los drones y los misiles rusos golpean zonas controladas por Kiev en el sur y el este del país desde hace meses. Moscú niega haber atacado objetivos civiles, pero sus bombardeos indiscriminados han causado una gran destrucción en los centros urbanos. Durante los meses de invierno, la guerra se ha ralentizado hasta llegar casi a un estancamiento.
Zelenski dijo que Rusia «quiere convertir cada día en un día de terror para nuestro pueblo, pero el mal no reinará en nuestra tierra».
Mientras, la dura batalla por el control de Bahamut, un bastión clave en el este del país, continuaba. Funcionarios ucranianos dijeron que su ejército podría llevar a cabo una retirada estratégica allí.
El Estado Mayor ucraniano reportó que las tropas rusas siguen avanzando y asaltando la ciudad, pero las fuerzas de Kiev repelieron algunos de los ataques. El gobernador de la provincia de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo que una persona resultó herida el jueves por la mañana.
Bahamut estaba entre las ciudades y localidades de la región de Donetsk que fueron bombardeadas por Rusia, según la nota del mando del ejército ucraniano.
Tomar la ciudad no solo supondría una inusual victoria para las fuerzas rusas en el campo de batalla tras meses de reveses, sino que podría romper las líneas de suministro ucranianas y permitiría a las tropas del Kremlin avanzar hacia otros feudos de Kiev en la provincia.
Rusia intenta eliminar a infiltrados
El ejército ruso intentaba eliminar a un grupo de saboteadores ucranianos infiltrados en la región de Briansk, fronteriza con Ucrania, anunció el gobernador local, que afirmó que un civil murió y un menor fue herido.
«Un grupo de reconocimiento y sabotaje se infiltró en la localidad de Lyubechane. Las fuerzas armadas de la Federación Rusa están tomando todas las medidas necesarias para eliminar a este grupo», indicó en Telegram el gobernador Alexander Bogomaz.
Según la autoridad, los saboteadores abrieron fuego contra un vehículo en movimiento. En el incidente murió un habitante y un niño de diez años resultó herido y está hospitalizado.
El grupo ucraniano habría tomado rehenes, según las agencias de prensa rusas Ria Novosti, TASS e Interfax, que citaron a testigos y fuentes de los servicios de seguridad y de rescate.
Las regiones rusas fronterizas con Ucrania han sufrido varios bombardeos desde el inicio del conflicto, pero es poco común que las autoridades informen de un grupo de sabotaje.