El príncipe Andrés, duque de York, fue apartado de la vida pública a principios de este año debido a su asociación con Jeffrey Epstein y a la demanda que interpuso en su contra Virginia Giuffre, acusándolo de haber abusado de ella cuando era menor de edad durante una serie de encuentros organizados por el mencionado empresario, quien se quitó la vida en prisión antes de ser juzgado por tráfico sexual de menores.
Ahora salieron a la luz nuevos detalles sobre la reunión de Andrés con su hermano, el rey Carlos III, que acabó con sus esperanzas de recuperar su rol institucional pocos días antes de la muerte de su madre.
Ningún otro miembro de la realeza estuvo presente durante la conversación que mantuvieron los hermanos en la residencia que el nuevo monarca tiene en Birkhall, Escocia, pero ha sido descrita como «emocional y tensa».
El resultado final tomó por sorpresa a Andrés, quien siempre había creído que existiría una forma de reconstruir su imagen pública. El príncipe llegó a un acuerdo extrajudicial en febrero según el cual reconocía que Virginia Giuffre había sido víctima de violencia sexual y se comprometía a realizar una importante donación a la organización sin fines de lucro que ella creó en 2015.
Tras cerrar ese tema legal sin llegar a demostrar su inocencia en los juzgados, él intentó hablar en varias ocasiones de su regreso a la agenda de la monarquía con la difunta Isabel II, pero fue en vano.
Según asegura una fuente al diario Daily Mail, Andrés estaba muy unido a su madre y trató de plantearle la idea de recuperar sus antiguas responsabilidades institucionales y su lugar en La Firma. En algunas ocasiones, ella decía cosas ligeramente conciliadoras y llegó incluso a elegirlo para que la ayudara a entrar de su brazo en una celebración religiosa en memoria del fallecido duque de Edimburgo en pasado marzo, pero la mayor parte del tiempo la reina cambiaba de tema inmediatamente en cuanto él mencionaba esa posibilidad.
Finalmente en la reunión con Carlos se le dejó claro que podía dedicarse a disfrutar de su posición privilegiada y a vivir la vida, pero que su etapa representando al monarca británico en distintos actos públicos se había acabado.
El príncipe Andrés perdió todos sus títulos militares y patrocinios reales y no estará presente en el servicio que se celebrará la próxima semana en Londres con motivo del Remembrance Day, ya que no tiene ningún papel que desempeñar.