El consumo de tabaco -en cualquiera de sus formas, desde pipa hasta cigarrillo electrónico- puede ser dañino para la salud humana. Pero ahora también hay pruebas de que la producción y el consumo de tabaco perjudican a los ecosistemas del planeta. Según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se difunde en el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el tabaco altera la salud de los ambientes dramáticamente. Es por eso que pidió que se tomen medidas para que la industria tabacalera sea más responsable ante la destrucción que está causando.
“El tabaco mata a más de 8 millones de personas cada año y destruye nuestro ambiente, perjudicando aún más la salud humana, a través del cultivo, la producción, la distribución, el consumo y los residuos postconsumo”, afirmó el informe de la agencia sanitaria de Naciones Unidas.
Estos son 3 de los 4 efectos del tabaco: se destruyen 600 millones de árboles por año para producir los productos con tabaco. Se usan 22.000 millones de toneladas de agua y se liberan 84 millones de toneladas de dióxido de carbono, que es uno de los principales gases contaminantes que contribuyen al calentamiento global. Además, la industria del tabaco genera residuos.
“La mayor parte del tabaco se cultiva en países de ingresos bajos y medios, donde el agua y las tierras de cultivo suelen ser desesperadamente necesarias para producir alimentos para la región. En cambio, se utilizan para cultivar las mortíferas plantas de tabaco, mientras que cada vez se eliminan más tierras de los bosques”, según el informe. Es decir, el cultivo del tabaco también aumenta la deforestación del planeta.
El informe de la OMS se tituló “Tabaco: Envenenando nuestro planeta” y destacó que la huella de carbono de la industria de la producción, el procesamiento y el transporte del tabaco equivale a una quinta parte del dióxido de carbono producido por la industria de las aerolíneas comerciales cada año, contribuyendo además al calentamiento global.
También informaron sobre el cuarto efecto sobre el ambiente. “Los productos del tabaco son el artículo más contaminante del planeta, ya que contienen más de 7.000 sustancias químicas tóxicas que se filtran en el medio ambiente cuando se desechan. Aproximadamente 4,5 mil millones de filtros de cigarrillos contaminan cada año nuestros océanos, ríos, veredas de las ciudades, parques, suelos y playas”, dijo el doctor Ruediger Krech, director de Promoción de la Salud de la OMS.
Productos como los cigarrillos, el tabaco sin humo y los cigarrillos electrónicos también contribuyen a la acumulación de contaminación por plástico. Los filtros de los cigarrillos contienen microplásticos y constituyen la segunda forma de contaminación plástica más importante del mundo.
A pesar del marketing de la industria del tabaco, no hay pruebas de que los filtros tengan ningún beneficio comprobado para la salud. Por eso, la agencia sanitaria pidió a los responsables políticos que traten los filtros de los cigarrillos como lo que son, plásticos de un solo uso, y que consideren la posibilidad de prohibirlos para proteger la salud pública y el ambiente.
Los costos de la limpieza de los productos del tabaco desechados recaen en los contribuyentes, en lugar de en la industria que crea el problema. Cada año, los residuos de los productos del tabaco le cuestan a China unos 2.600 millones de dólares y a India unos 766 millones de dólares. El coste para Brasil y Alemania supera los 200 millones de dólares.
Países como Francia y España y ciudades como San Francisco, California, en Estados Unidos han adoptado una postura en relación al impacto ambiental de los productos del tabaco. Siguiendo el principio de quien contamina paga, han aplicado con éxito una “legislación de responsabilidad ampliada del productor” que hace responsable a la industria del tabaco de la limpieza de la contaminación que genera.
La OMS instó a los países y a las ciudades a seguir ese ejemplo de esos países y ciudades así como a dar apoyo a los cultivadores de tabaco para que cambien a cultivos sostenibles, aplicar fuertes impuestos sobre el tabaco (que también podrían incluir un impuesto ambiental) y a ofrecer servicios de apoyo para ayudar a la gente a dejar el tabaco.
Las colillas de cigarrillos son el objeto más desechado de la Tierra y es la basura más frecuente en las playas. Además, una investigación reciente publicada por la Truth Initiative demuestra que las sustancias químicas que se desprenden de una sola colilla de cigarrillo (empapada durante 24 horas en un litro de agua) liberan suficientes toxinas para matar al 50% de los peces de agua dulce y agua salada expuestos a ellas durante 96 horas. A pesar de estas estadísticas, el verdadero impacto ambiental del tabaco se desconoce debido al número relativamente reducido de estudios exhaustivos realizados.