El primer ministro israelí, Naftali Bennett, alertó el miércoles de una posible «ola» de violencia, antes del entierro de dos de las cinco personas muertas en un ataque armado palestino en el centro de Israel.
La matanza de cuatro civiles y un policía en Bnei Brak, una ciudad ultrarreligiosa cerca de Tel Aviv, fue el tercer ataque mortal en Israel en una semana.
Bennett, quien encabeza una heterogénea coalición de gobierno que agrupa desde judíos nacionalistas hasta árabes, afirmó que el país «se enfrenta a una ola de terrorismo árabe asesino».
«Período desafiante»
Tras una reunión con los principales responsables de seguridad del país para revisar la situación, el jefe de gobierno dijo que Israel estaba enfrentando un «período desafiante».
Agregó que en Israel «ha habido olas de terror como ésta a lo largo de la historia», pero «no nos rompieron entonces, y no lo harán ahora».
Alerta máxima
Por la noche, Bennett habló con el presidente estadounidense Joe Biden, quien le aseguró que su país «está firme y resueltamente con Israel».
«Diaa Armashah, de 27 años, un palestino de la localidad cisjordana de Yabad, llegó a la calle Jabotinsky en Bnei Brak armado con un fusil de asalto M-16», informó la policía israelí en un comunicado.
Siguiendo a una calle cercana, disparó a dos ucranianos de 32 y 23 años y luego mató a dos israelíes antes de ser confrontado por la policía, y uno de los oficiales murió en el tiroteo, agregó.
La policía indicó que sus fuerzas se mantienen en alerta máxima y que enviaría unidades adicionales a Cisjordania y sus alrededores.