Taiwán ha decidido cambiar su estrategia y este año no lanzará una campaña para pedir el ingreso en Naciones Unidas y sus agencias durante la Asamblea General, anunció este miércoles 29 de agosto el viceministro de Relaciones Exteriores de la isla, Hsieh Wu-chiao.
Este año, de cara a la Asamblea General, que se inicia el 25 de septiembre, Taiwán pedirá a la ONU que no excluya a sus 23,5 millones de habitantes (sin mencionar el Estado), que no bloquee la participación de ciudadanos y periodistas taiwaneses en sus eventos y que incluya a la isla en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), esto sin necesidad de realizar campañas.
“Esperamos recordar una vez más al mundo que Taiwán es una fuerza razonable, positiva y que contribuye a la región y al mundo”, afirmó el viceministro en rueda de prensa.
Esta decisión supone una ruptura con la estrategia de 2017, así como con la adoptada entre 1991 y 2007 para conseguir el ingreso en la ONU y otros organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Taiwán reactivó en 2017 su campaña de movilización de aliados para que apoyaran su participación en la ONU, de la que dejó de ser miembro en octubre de 1971 tras el reingreso de China.
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, reanudó el año pasado esta campaña iniciada en 1991, pero que fue interrumpida en 2008 por parte del presidente Ma Ying-jeou tras declarar un pacto unilateral de no enfrentamiento diplomático con China y como parte de sus medidas de buena voluntad hacia Pekín.
La campaña suele intensificar las tensiones con China, que este año ha arrebatado a la isla a tres aliados diplomáticos en menos de cuatro meses y ha enviado a las cercanías de la isla aviones y barcos militares.