Integrantes de la comunidad científica siguen monitoreando la trayectoria de los restos de una nave espacial china que, según los cálculos, se estrellarán contra la cara oculta de la Luna a las 12:25 GMT de este viernes.
A pesar de que el objeto fue identificado inicialmente como el propulsor de un cohete Falcon 9, de SpaceX, ahora se le considera un fragmento perteneciente a la nave Long March 3C, que en 2014 hizo posible la misión lunar experimental no tripulada Chang’e 5-T1, de la Administración Espacial Nacional China.
El inminente choque tendrá repercusiones muy similares a los impactos que se produjeron durante el programa Apolo de la NASA, cuando las terceras etapas de los enormes cohetes Saturno V fueron dirigidas intencionadamente hacia la Luna.
«El resultado es que mucha energía se consume en aplastar el propulsor, en lugar de excavar el cráter», explicó Jeffrey Plescia, científico planetario del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (Maryland, EE.UU.), y detalló que las terceras etapas de los Saturno V crearon cráteres menos profundos que los naturales y con una forma asimétrica.
El astrónomo señaló que la profundidad del cráter y otras características del impacto se podrán medir con mayor precisión después del choque, gracias al potente sistema de cámaras de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter, de la NASA, que ya tomó imágenes previas para luego intentar detectar cambios en la exósfera de la Luna y escanear su superficie en busca de un nuevo cráter.
Los expertos aseguran que la colisión de este viernes solo impactará la superficie lunar, sin daño significativo para el satélite natural de la Tierra y menos para el planeta mismo.
Dada la actual ‘población’ de la Luna, que solo está ‘habitada’ por una veintena de robots y ningún ser humano, el acontecimiento no tiene mucha relevancia, declaró el astrónomo Jonathan McDowell, del Instituto Harvard-Smithsonian de Astrofísica, citado por National Geographic. «No hay mucho que impactar», agregó.
Sin embargo, es probable que no siempre sea así, teniendo en cuenta la exploración lunar, cada vez más intensiva, que la humanidad está llevando a cabo con el fin de establecer bases lunares, así como la posibilidad de lanzar hacia allá viajes comerciales.
Los humanos deben asegurarse de que su presencia en el espacio sea responsable, afirmó Michelle Hanlon, abogada de la Universidad de Mississippi y especializada en temas espaciales. «Eso significa garantizar que hacemos las cosas correctas: que calculemos dónde van a acabar nuestros cohetes» para no «lanzar cosas a la Luna por puro gusto», explicó la jurista.
Y aunque la colisión de este viernes, en particular, no sea un gran problema, la siguiente sí podría serlo.