El primer ministro australiano, Scott Morrison, pidió disculpas por el acoso sexual generalizado, el abuso y la intimidación en el Parlamento, desveladas en un informe, tras la denuncia de violación de una empleada.
Los líderes políticos australianos se disculparon este martes con las empleadas y políticas que han soportado décadas de intimidación, acoso y agresión sexual dentro de la Casa Parlamentaria y otras oficinas gubernamentales, expuesta por la investigación de la Comisionada de Discriminación Sexual de Australia, Kate Jenkins.
Los presidentes de la Cámara de Representantes y el Senado entregaron su disculpa en nombre de una muestra representativa de partidos como parte de una declaración que reconoce una cultura laboral tóxica.
Dirigiéndose a los diputados, el propio primer ministro, Scott Morrison se disculpó directamente ante Brittany Higgins, que denunció haber sido violada por un compañero en una oficina ministerial en 2019 e impulsó así la investigación del tema.
«Lo siento señora Higgins por las cosas terribles que pasaron aquí (…) Pero lo siento todavía por mucho más, por todas aquellas que antes de la señora Higgings soportaron lo mismo», afirmó. «Durante muchas décadas, se perpetuó un ecosistema, una cultura, en la que era normal la intimidación, el abuso y el acoso, en algunos casos incluso la violencia», lamentó el primer ministro.
La denuncia de Higgins en enero de 2021 provocó protestas e indignación en el país, tanto por los hechos ocurridos como por la reacción de sus jefes cuando decidió dar un paso al frente.
El Gobierno lanzó varias investigaciones sobre las acusaciones de Higgins y las de otras mujeres que siguieron su ejemplo. Una de ellas terminó en un informe de 450 páginas en la que un tercio de las personas empleadas en el Parlamento denunciaban haber sufrido acoso mientras trabajaban allí.