Un antiguo miembro del personal de la Embajada de Australia en Bangkok (Tailandia) fue arrestado el mes pasado, acusado de haber instalado varias cámaras espía en los baños de mujeres de dicha misión diplomática, según lo confirmó el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio (DFAT, por sus siglas en inglés) del país oceánico en un comunicado remitido a medios locales.
«El bienestar y la privacidad de todo el personal sigue siendo una prioridad para el departamento y continuamos brindando el apoyo adecuado», dijo un portavoz australiano en el texto, que no facilita más detalles sobre el asunto legal en curso.
Todo empezó cuando el año pasado alguien encontró en el suelo de un baño una tarjeta de memoria SD que contenía imágenes del personal femenino, gracias a lo cual se descubrió que había instaladas una serie de cámaras ocultas en los baños y duchas para mujeres del edificio.
¿Quién es?
Tras llevarse a cabo una investigación, el pasado 6 de enero la Policía arrestó a Bank Thamsongsana, un hombre casado de 30 años que hasta hace poco tiempo trabajaba como gerente de sistemas informáticos en la Embajada australiana. Tiene doble ciudadanía (australiana y tailandesa) y había sido empleado del DFAT desde 2013.
El descubrimiento plantea serias dudas sobre cómo se pudieron instalar las cámaras espía sin ser descubierto. De momento, no está claro cuánto material pudo llegar a grabar o cuánto tiempo estuvieron ocultas las cámaras, aunque se cree que pudieron ser varios años.
Un oficial de la Policía tailandesa aseguró que se trata de un «caso delicado» que «involucró a muchas personas». Asimismo, detalló que los investigadores forenses están revisando las pruebas y está previsto entrevistar a todas las mujeres afectadas por esta situación.
«No se sienten seguras»
Un empleado del Gobierno australiano familiarizado con el asunto dijo que los trabajadores de la Embajada australiana en el país asiático están conmocionados. «El personal femenino tailandés y australiano está muy preocupado», aseguró. «Algunas de las mujeres no se sienten seguras quedándose allí. Se sienten comprometidas y amenazadas», añadió.
«Claramente ha habido un fallo a varios niveles, todos los cuales deben revisarse», afirmó Peter Jennings, director ejecutivo del Instituto Australiano de Política Estratégica. «Se supone que este es un edificio gubernamental seguro donde se lleva a cabo trabajo confidencial», agregó.
Thamsongsana, que fue puesto bajo fianza tan solo un día después de su arresto, ha sido acusado de dos delitos tipificados por el código penal tailandés, por lo que podría enfrentarse a una pena máxima de 10 años de cárcel.