Estados Unidos ha registrado un total de más de 900.000 víctimas mortales por covid-19 desde el inicio de la pandemia, según los datos presentados este viernes por la Universidad Johns Hopkins.
Hasta la fecha, en el país norteamericano se han confirmado más de 76 millones de casos positivos y 900.528 muertes, siendo la nación más afectada por el coronavirus. Solo en las últimas cuatro semanas se registraron más de 60.000 decesos y más de 17 millones de casos, un aumento provocado por la propagación de la variante ómicron en el territorio estadounidense.
El número de contagios supera los 76 millones, también la cifra más alta del mundo, seguida por la India y Brasil.
El sombrío hito se alcanza en un momento en el que los contagios de COVID-19 han bajado durante las últimas semanas, aunque los casos siguen altos con respecto a otros momentos de la pandemia y hay una tendencia al alza en las muertes.
Este mismo viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró lo que describió como un “descenso drástico” en las infecciones, aunque pidió seguir en alerta.
En efecto, el promedio semanal de nuevos casos en Estados Unidos ha bajado de los casi 790.000 del pasado 12 de enero a alrededor de 378.000 este miércoles 2 de febrero, según los últimos datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Sin embargo, los casos siguen mucho más altos en el país que antes de que llegara la variante Ómicron: a principios de diciembre, el promedio semanal de nuevos contagios rondaba los 100.000.
En el anterior punto álgido de la pandemia en Estados Unidos, en enero de 2021, ese promedio no superó los 250.000, según los datos de los CDC.
Las hospitalizaciones también están bajando, aunque siguen en uno de sus mayores niveles de toda la pandemia, con un promedio semanal de unas 133.000, indica el rastreo del New York Times.
Y la tendencia actual en las muertes es el alza: el promedio semanal es de 2.400, el doble que a mediados de diciembre, según los CDC.
Ese auge preocupa a los expertos porque es mucho más pronunciado que en otros países desarrollados: los estadounidenses mueren ahora por COVID-19 a un ritmo diario que casi duplica el de los británicos y cuadruplica el de los alemanes, señaló esta semana un análisis de The New York Times.
En todos esos países hay más ciudadanos vacunados y con dosis de refuerzo que en Estados Unidos, donde apenas el 64% de la población está inmunizada con dos dosis y solo el 42 % de los que podían ponerse una tercera dosis lo han hecho, de acuerdo con los CDC.
Y nadie los critica, solo critican, como los curas españoles que todavía creen que se les debe reverencia como la que le dieron los pipiles trabajadores de la uca al director. Y la culpa la tienen los programas educativos.