El gobernador Andrew Cuomo dimitió este martes por un aluvión de acusaciones de acoso sexual, en una caída en desgracia un año después de haber sido ampliamente aclamado a nivel nacional por sus detallados informes diarios y su liderazgo durante los días más oscuros de la COVID-19.
La decisión del gobernador, que lleva tres mandatos, fue anunciada mientras la Asamblea Legislativa se esforzaba por destituirlo mediante un proceso de impeachment.
El anuncio produjo después de que la fiscal general de Nueva York diera a conocer los resultados de una investigación en la que se determinó que Cuomo había acosado sexualmente al menos a 11 mujeres. Los investigadores afirmaron que sometió a las mujeres a besos no deseados, les manoseó los pechos o las nalgas o las tocó de forma inapropiada, hizo comentarios insinuantes sobre su aspecto y su vida sexual, y creó un ambiente de trabajo “plagado de miedo e intimidación”.
La vicegobernadora Kathy Hochul, una demócrata de 62 años y ex miembro del Congreso de la zona de Buffalo, se convertirá en la 57ª gobernadora del estado y la primera mujer en ocupar el cargo.
El escándalo de la era #MeToo truncó no solo una carrera sino una dinastía: El padre de Cuomo, Mario Cuomo, fue gobernador en los años ochenta y noventa, y el joven Cuomo se mencionaba a menudo como posible candidato a la presidencia, un cargo al que su padre contemplaba. Incluso cuando el escándalo crecía, Cuomo planeaba presentarse a la reelección en 2022. El gobernador todavía se enfrenta a la posibilidad de cargos penales, ya que varios fiscales de todo el estado se han puesto en marcha para investigarlo.