Distintas organizaciones están denunciando los constantes abusos sexuales que sufren inmigrantes en los centros de detención de todo Estados Unidos.
Según datos de la Organización de Iniciativas Comunitarias para los Migrantes en Confinamiento (CIVIC, por sus siglas en inglés), entre enero de 2010 y junio de 2016, la Oficina del Visitador General de Estados Unidos registró más de 36, 000 quejas contra funcionarios por abusos físicos y sexuales, de las que 15, 000 corresponden al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Asimismo, otras 10, 000 se presentaron contra la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
«A mí me abusaron en un centro de detención en Texas», contó a un medio mexicano una inmigrante hondureña de 26 años. «Sentí que alguien me estaba tocando, me desperté y era el guardia acariciando mis pechos. Me dio mucho miedo, quitó su mano y me dijo algo en inglés que no entendí, en voz baja, y se fue», añadió la mujer, quien detalló que este tipo de abusos se repitió tres veces más y en la última ocasión le tocó los genitales.
La mujer, que no quiso revelar su identidad, no denunció el abuso, porque solo quiere «poder arreglar los papeles».
Estas organizaciones, entre las que se encuentran la ya mencionada CIVIC y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), aseguran que los casos no denunciados podrían superar a los registrados en las estadísticas. Además, detallan que la gran mayoría de los casos no son atendidos como es necesario, y que solo 300 de ellos han tenido un seguimiento, gracias a una petición de la CIVIC en relación con la ley de transparencia.
Según datos del diario The Washington Post, desde 2014 se han contabilizado más de 1, 300 casos de abusos sexuales contra mujeres inmigrantes por parte de agentes del ICE en centros de detención, sin haberse investigado casi ninguno de ellos. De acuerdo a declaraciones de las propias víctimas, sufren más tocamientos durante las revisiones rutinarias, aunque también en los cuartos donde descansan, «en los baños o la enfermería».
El pasado 29 de julio una niña guatemalteca de seis años, que había sido separada de su madre por la política de Tolerancia Cero de Donald Trump, sufrió supuestos abusos sexuales por parte de otro niño en un centro de detención de inmigrantes del estado de Arizona (EE.UU.).