Un sistema migratorio “humano” fue la promesa que hizo la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, durante su visita a la frontera con México este 25 de junio, al tiempo que trató se sacudirse las críticas de los republicanos.
Harris defendió en todo momento la elección de El Paso, Texas, para esta parada, en medio de algunos reproches que lo consideran un lugar lejos del epicentro real de los cruces fronterizos de Centroamérica a Estados Unidos.
La vicemandataria dijo que eligió este punto para subrayar un cambio de enfoque más humano de la política migratoria por parte del Gobierno del presidente Joe Biden, después de cuatro años de línea dura contra la inmigración del exmandatario Donald Trump.
«Es aquí en El Paso donde se dio a conocer la política de separación de menores de la Administración anterior (…) Hemos visto el desastre que resultó de eso aquí”, afirmó.
Harris también refutó la política de Trump de «permanecer en México», que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar al otro lado de la frontera para que se resolvieran sus reclamos, una normativa que recientemente fue eliminada por Biden.
Asimismo, la primera mujer en el segundo cargo más importante del Gobierno estadounidense pidió a la oposición republicana el fin de la «retórica» política y las «luchas internas» sobre la inmigración, un tema que los conservadores han usado como arma en contra del Gobierno demócrata. Urgió a centrarse en los niños y en soluciones prácticas.
La inmigración «no se puede reducir a una cuestión política (…) Hablamos de niños, hablamos de familias, hablamos de sufrimiento. Y nuestro enfoque tiene que ser reflexivo y eficaz”, resaltó.
Harris se reunió con niñas migrantes de Centroamérica, trabajadores de la Patrulla Fronteriza y defensores de derechos humanos durante la visita de varias horas en la que estuvo acompañada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, la representante demócrata de Texas Verónica Escobar y el senador demócrata de Illinois Dick Durbin, una destacada voz demócrata sobre la reforma migratoria.
Una esperada visita, pero rodeada de críticas
La inmigración, y en particular la llegada de solicitantes de asilo a la frontera sur de Estados Unidos, ha sido un tema candente durante décadas. Múltiples intentos por reformar las leyes estadounidenses y crear un camino hacia la ciudadanía para los millones de inmigrantes que viven indocumentados en el país han fracasado en el Congreso, incluidos los intentos hechos durante la Administración de Barack Obama de la que Biden sirvió como vicepresidente.
Pero, un aumento récord en las cifras de los arribos de migrantes a la frontera desde el pasado enero ha convertido al actual Gobierno en el mayor blanco de los ataques de los conservadores, que lo acusan de ser el responsable debido a su discurso a favor de la migración.
Harris ha recibido la peor parte de los ataques de los republicanos desde que Biden la asignó como líder de la respuesta de la Casa Blanca en esta materia hacia países como México, El Salvador y Guatemala.
Incluso, los reproches han venido por parte de miembros de su propio partido político, debido a que otros funcionarios demócratas ya han visitado la frontera en los cinco meses que lleva el actual Gobierno en el cargo, pero Biden y Harris hasta ahora habían brillado por su ausencia, lo que levantó preocupaciones de que su gestión hubiera cedido al debate sobre seguridad fronteriza de los republicanos.
Recientemente durante su visita a México y Guatemala, Harris enfatizó en que su enfoque está en mejorar las condiciones de los residentes de esos países a través de la ayuda económica y humanitaria, para alentarlos a quedarse en casa en lugar de hacer el viaje a Estados Unidos. Desde Ciudad de Guatemala, la vicepresidenta le aclaró a quienes viajan de manera ilegal que si van a la frontera con Estados Unidos, «serán devueltos».
Los primeros meses de Biden en el cargo han visto un número récord de migrantes que intentaron cruzar la frontera. La llegada de extranjeros pasó de cerca de 7.000 el pasado enero a alrededor de 19.000 en febrero, de acuerdo con datos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Además, en mayo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza registró más de 180.000 encuentros en la frontera con México, la mayor cantidad desde marzo de 2000. Las cifras se vieron impulsadas por una prohibición de solicitar asilo relacionada con la pandemia del Covid-19, que sin embargo alentó repetidos intentos de cruzar porque ser atrapado no implicaba ningún trámite legal ni consecuencias, explicaron los expertos en seguridad.
Trump tenia controlada la Frontera. El problema no es aqui. Dona Carmela Jarris, ni venga que aqui no queremos al Fiscal y Magistrados de Arena y FMLN QUE USTEDES CORROMPIERON. La respuesta es NO a recular., ya sea que hasta Biden venga
El problema del pobre diablo que es periferico al sistema de EU le permiten alcanzar cierto grado de bienestar social-economico.Piensa mas con el estomago que con su cerebro.Forman parte del aparato d represion-explotacion-racismo contra ellos mismos