La Junta de Supervisión de Facebook, confirmó la prohibición de la plataforma al ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pero pidió una revisión adicional de la sanción dentro de seis meses.
Trump creó un ambiente en el que era posible un grave riesgo de violencia, señaló la junta refiriéndose a sus comentarios que desataron el asalto al Capitolio de EE.UU. del pasado 6 de enero por parte de cientos de simpatizantes del entonces mandatario, algunos de ellos armados.
El panel añadió que no fue apropiado que Facebook impusiera una pena indeterminada y estandarizada de suspensión indefinida y llamó a la plataforma a revisar este asunto para determinar y justificar una respuesta proporcionada en los próximos seis meses.
El problema ha sido examinado por cinco miembros del órgano consultivo, que más tarde expusieron sus conclusiones en un debate en el que participaron los 40 integrantes de este órgano, quienes finalmente han alcanzado un consenso por mayoría. Trump podrá presentar alegaciones si no está de acuerdo con la decisión final.
El asalto al Capitolio dejó cuatro manifestantes y un policía muertos y se dio después de que Trump arengara a sus partidarios y reiteró sus acusaciones infundadas, que también difundió en redes sociales, de que hubo un fraude electoral en los comicios presidenciales de noviembre.
Además de Facebook, Instagram, Twitter, YouTube y prácticamente todas las redes sociales hicieron lo propio y también vetaron al ex presidente.
La decisión llega un día después que Trump lanzó su propia plataforma digital con el objetivo de comunicarse con sus seguidores. Los usuarios pueden registrarse para recibir notificaciones cuando Trump envíe un mensaje desde la nueva plataforma, y, aunque no hay un mecanismo de respuesta a las publicaciones del ex mandatario, sí pueden dar un «me gusta» y compartirlas a través de sus propias cuentas en las redes sociales.
Facebook creó el panel de supervisión para dictaminar sobre contenidos delicados en sus plataformas. Su creación fue en respuesta a las críticas generalizadas sobre la incapacidad de la compañía para responder con rapidez y eficacia a la información falsa y al discurso de odio. Facebook ha dicho que no cree que deba ser la última palabra en cuestiones tan monumentales como la moderación de contenidos y de expresión.
Los miembros de la junta incluyen a un ex primer ministro de Dinamarca, al ex editor general del periódico The Guardian, además de juristas, expertos en derechos humanos y periodistas.
Los cuatro primeros miembros de la junta fueron elegidos directamente por Facebook. Posteriormente, esas cuatro personas trabajaron con Facebook para elegir miembros adicionales. La red social paga el salario de cada miembro a través de un consorcio independiente. La independencia de la junta ha sido cuestionada por críticos que señalan que es parte de una campaña de relaciones públicas de Facebook destinada a desviar la atención de problemas más graves de odio y desinformación que persisten en sus plataformas.
Tal como ocurre con la Corte Suprema, las decisiones de la junta sobre los casos son vinculantes. También puede hacer recomendaciones adicionales que no son vinculantes, pero Facebook ha señalado que está dispuesto a tomarlas en cuenta.