Francia superó los 5 millones de ciudadanos vacunados contra el Covid-19, mientras se agrava la presión sobre los hospitales de la capital parisina y su área metropolitana. Decenas de pacientes graves están siendo trasladados a otras regiones para sus tratamientos, ante la saturación hospitalaria en París.
Por su parte, en Italia, se preparan para imponer nuevas restricciones, que darán comienzo este lunes 15 de marzo. Mismo día en el que Portugal iniciará la desescalada de su confinamiento, prolongado durante dos meses, con la reapertura gradual de las actividades económicas.
Un escenario europeo desigual, justo cuando el mundo supera 119 millones de infecciones, 2,6 millones de fallecimientos y más de 67 millones de recuperados, según la Universidad Johns Hopkins.
La situación del coronavirus en Francia lejos de mejorar parece abocada a un nuevo confinamiento, en concreto, en la región Île-de-France, donde se encuentra la capital París. El país, con casi 67 millones de habitantes, cuenta con más de 4,1 millones de casos de Covid-19 y más de 90.000 decesos.
Con los hospitales saturados y al borde de un colapso sanitario, varios pacientes en situación grave han tenido que ser trasladados en aviones médicos especiales a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de otras regiones, cuya carga sanitaria es mucho más leve, en un esfuerzo por aliviar la presión sobre las UCI parisinas.
El Gobierno francés dijo que planea evacuar a unos 100 pacientes de coronavirus fuera de la región de París para evitar el bloqueo total de los hospitales: «Para fines de esta semana, probablemente alrededor de 100 pacientes habrán sido evacuados de la región de Île-de-France», expresó el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, añadiendo que las autoridades están haciendo todo lo posible por evitar un nuevo y más estricto encierro, pero que «harán siempre lo que sea necesario».
En términos de volumen, estamos en 6 pacientes al día con operaciones aéreas, aviones y helicópteros médicos. También estamos preparando una operación más amplia con un tren médico de alta velocidad –lo que llamamos un cardo– hacia el final de la semana», explicó Nicolas Péju, director general adjunto de la Agencia de Salud de la región de París, añadiendo que este procedimiento está siendo dificultado por la cada vez menor aceptación de las familias al traslado de los enfermos.
Sin embargo, las autoridades locales alertan de la posibilidad de imponer nuevas restricciones debido al repunte de los contagios, en su mayoría derivados de las nuevas variantes del Covid-19 que circulan en el país.
Además, en las calles de París aumentó la presencia policial para evitar las congregaciones masivas de gente, el cumplimiento de las normas de bioseguridad como el uso de mascarilla y el toque de queda que aplica desde hace semanas, a partir de las seis de la tarde.
Este domingo 14 de marzo, Francia también superó los 5 millones de ciudadanos inoculados con el suero contra el patógeno.
Por su parte, en medio de lo que algunos denominan una tercera ola de la pandemia, este domingo se publicó una entrevista en el diario local Le Parisien en la que el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer, pidió que las escuelas permanezcan abiertas y que los profesores sean vacunados.
«La escuela es lo último que habría que cerrar, porque es la institución más importante, situada en el corazón de la sociedad. No se pueden cerrar las escuelas si antes no lo hemos intentado todo y todo lo que hemos intentado no ha sido suficiente», reclamó el ministro galo.
El Ejecutivo de Emmanuel Macron, impulsado por las peticiones de Blanquer, optó por mantener los centros estudiantiles abiertos tras el último confinamiento estricto el pasado noviembre, siendo uno de los países europeos que los ha mantenido más tiempo disponibles durante el último año de pandemia.