La Cámara de Representantes de EEUU aprobó una resolución en la que solicita formalmente al vicepresidente, Mike Pence, y al gabinete que invoquen la Enmienda 25 de la Constitución para destituir al presidente saliente, Donald Trump, contra el que ahora se prepara a impulsar un nuevo juicio político.
En una sesión celebrada seis días después de que seguidores de Trump arremetieran contra el Capitolio en Washington, donde murieron cinco personas, los congresistas aprobaron por 223 votos a favor y 205 en contra la iniciativa.
En la resolución -no vinculante-, los congresistas piden a Pence declarar a Trump “incapaz de ejecutar los deberes de su cargo y de ejercer inmediatamente los poderes como presidente en funciones”.
Sin embargo, la votación se convirtió en un mero trámite ante la negativa del segundo a bordo de la Administración Trump a avanzar en esa dirección.
Pence se anticipó a la votación al difundir horas antes una carta dirigida a la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, en la que llama a “evitar acciones que dividirían e inflamarían aún más las pasiones del momento”.
“NO CEDERÉ”
“No creo que tal curso de acción sea en el mejor interés de nuestra Nación o sea consistente con nuestra Constitución”, señaló el vicepresidente sobre el mecanismo promovido por los progresistas cuando faltan ocho días para que concluya el mandato de Trump.
“La semana pasada -enfatizó Pence-, no cedí a la presión para ejercer más allá de mi autoridad constitucional para determinar el resultado de las elecciones y ahora no cederé a los esfuerzos de la Cámara de Representantes para jugar juegos políticos en un momento tan serio en la vida de nuestra nación”.
El vicepresidente hizo así una tácita alusión a las presiones de Trump para que se arrogara unos poderes que no le correspondían bajo la Constitución e interfiriera la sesión de ambas cámaras del Congreso convocada para certificar la victoria de Joe Biden en los comicios de noviembre pasado.
En consecuencia, se espera que el segundo proceso de impeachment contra Trump comience el próximo miércoles. La Cámara de Representantes lo acusó por primera vez en diciembre de 2019 por presionar al presidente ucraniano Volodimir Zelensky para que investigara por presunta corrupción a Hunter Biden, hijo del presidente electo. Trump fue finalmente absuelto en febrero de 2020 por el Senado, donde el Partido Republicano tenía mayoría.
En este caso Trump será acusado de “incitación a la insurrección”, considerando que antes de los disturbios se dirigió a sus seguidores y los llamó a “pelear endemoniadamente”, entre otras declaraciones.
El mandatario saliente ha rechazado la acusación en distintas oportunidades a lo largo del martes. “Acechará a su administración. Como dice la expresión, tengan cuidado con lo que desean”, expresó por la tarde desde Alamo, en el estado de Texas. “La farsa del juicio político es la continuación de la caza de brujas más terrible de la historia y es peligrosa para los Estados Unidos, especialmente en este momento delicado”, agregó.
Horas antes, había calificado como “absolutamente ridículo” el proceso. También fue consultado si contemplaba la posibilidad de renunciar, a ocho días de que acabe su mandato, pero evitó responder directamente y dijo: “No quiero más violencia. Nunca violencia”.
Además, ante las preguntas sobre si tiene parte de responsabilidad al haber arengado a los manifestantes a marchar al Capitolio, dijo que su discurso ante sus seguidores fue “totalmente apropiado”.
No obstante, a diferencia de lo que sucedió a principios del año pasado, no todos los legisladores republicanos se encolumnarán detrás del mandatario. Al menos dos senadores -Pat Toomey y Lisa Murkowski- lo llamaron a que renuncie, y distintos congresistas se expresaron en la misma línea.
En la noche del martes, en tanto, la número tres del partido en la Cámara Baja, Liz Cheney, anunció que votaría a favor de la iniciativa. “Nunca ha habido una traición más grande por parte de un presidente de Estados Unidos a su cargo y su juramento a la Constitución”, dijo Cheney en un comunicado al anunciar su decisión.
“Esta insurrección causó heridos, muerte y destrucción en el espacio más sagrado de nuestra república”, dijo sobre la toma de la sede del Congreso, que dejó cinco muertos.
Ningún integrante republicano de la Cámara de Representantes votó para acusar a Trump en diciembre de 2019 y solo un senador republicano, Mitt Romney, votó para condenarlo.
La declaración de Cheney se conoce en medio de informes de que el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, un aliado clave de Trump durante cuatro años que lo defendió tras el “impeachment” de los demócratas en 2019, no se opone a este segundo juicio político.
Legisladores republicanos dicen que votarán para acusar a Trump
Un pequeño pero creciente número de legisladores republicanos está dando señales de apoyo para acusar al presidente Donald Trump luego de que sus partidarios irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos el miércoles pasado para tratar de revertir su derrota por la reelección, dejando cinco personas muertas.
La representante Liz Cheney de Wyoming, miembro del equipo de liderazgo de la Cámara de Representantes del Partido Republicano, dijo el martes que votaría para acusar a Trump en sus últimos días como presidente.
“Nunca ha habido una traición más grande por parte de un presidente de Estados Unidos de su cargo y su juramento a la Constitución”, dijo Cheney.
También el martes, el representante de Nueva York, John Katko, y el representante de Illinois, Adam Kinzinger, ambos republicanos, dijeron que votarían para acusar al presidente.
Mientras que los republicanos votaron en contra de acusar a Trump el año pasado por presionar a Ucrania para que investigara al demócrata Joe Biden, quien ahora es presidente electo, los líderes republicanos de la Cámara de Representantes están indicando que esta vez no tienen la intención de presionar a sus miembros para que voten en contra del juicio político.
Un total de 218 demócratas han firmado la resolución de juicio político, lo que garantiza una mayoría en la Cámara de 435 miembros con o sin votos republicanos contra el presidente republicano saliente. Si bien es casi seguro que se apruebe una resolución de juicio político, la condena por parte del Senado y la destitución del cargo están lejos de ser seguras.
No está claro si los líderes de la Cámara enviarán de inmediato la resolución de juicio político al Senado para un juicio sobre si condenar a Trump y destituirlo de su cargo, dado que su mandato termina la próxima semana.
La Cámara estaba programada para votar el martes una resolución que pide al vicepresidente Mike Pence y a los miembros del gabinete de Trump que usen su autoridad constitucional para destituir a Trump de su cargo por no ser apto para servir.
La medida, que se espera que sea aprobada, establecía un plazo de 24 horas para que Pence respondiera, pero el vicepresidente rechazó los llamados para destituir al presidente Trump bajo la Enmienda 25.
En una carta dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, la noche del martes, Pence dijo que él no cedió a la presión la semana pasada para «ejercer un poder más allá de su autoridad constitucional para determinar el resultado de la elección, y no cederá ahora a los esfuerzos en la Cámara Baja para participar en juegos políticos en un momento tan grave en la vida de la nación».
Su respuesta prepara el escenario para una votación de la Cámara el miércoles sobre el juicio político.
«El presidente representa una amenaza inminente para nuestra Constitución, nuestro país y el pueblo estadounidense, y debe ser destituido de su cargo de inmediato», dijo el lunes la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en una declaración escrita.
Aparte de Pence, ningún miembro del gabinete ha dado ninguna indicación pública de su apoyo a la destitución de Trump en los últimos días de su presidencia mediante el uso de la 25a Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, que permite que el vicepresidente y la mayoría del gabinete declaren presidente. «Incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo».
Trump y Pence se reunieron el lunes por la noche en la Casa Blanca por primera vez desde la semana pasada. Pence había enojado a Trump al rechazar sus súplicas de rechazar los votos del Colegio Electoral de varios estados que Biden ganó por estrecho margen, dándole la presidencia.
Un alto funcionario de la administración dijo que Trump y Pence “reiteraron que aquellos que violaron la ley y asaltaron el Capitolio la semana pasada no representan al movimiento America First respaldado por 75 millones de estadounidenses [que votaron por Trump] y se comprometieron a continuar el trabajo en nombre del país por el resto de su mandato».