Con dos disparos a puerta y un 37% de posesión, el PSG venció por la mínima al Leipzig en un partido espeso y que no reflejó lo visto en el Parque de los Príncipes, ya que el conjunto alemán fue superior y tuvo las ocasiones más claras del encuentro. Neymar, de penalti, decidió en el minuto 10 y permitió a los parisinos depender de sí mismos para llegar a los octavos de final.
En el partido más importante de la temporada, Tuchel decidió reforzar el centro del campo ante la amenaza del Leipzig, un equipo que ataca hasta con los centrales y que acumula muchos jugadores en campo rival. El PSG salió con Paredes, Ander Herrera y Danilo en el medio y recuperó en ataque al tridente formado por Di María, Neymar y Mbappé. Era un todo o nada para los parisinos y el alemán lo sabía.
El partido empezó de la mejor forma posible para el PSG. Un dudoso penalti de Sabitzer, muy inocente a la hora de meter la pierna, fue aprovechado por Neymar para adelantar a los de Tuchel en el minuto 10. Con resultado a favor, los de Tuchel le cedieron el balón a su rival y decidieron replegar, fortalecidos por el gran trabajo sin balón de Ander Herrera, Danillo y Paredes, que no permitieron al Leipzig progresar por dentro y le obligaron a jugar siempre por las bandas.
A pesar del gran trabajo del PSG durante toda la primera mitad, el Leipzig tuvo varias oportunidades para empatar antes del descanso, forzando la intervención de Keylor Navas en dos ocasiones y desaprovechando una ocasión flagrante de Forsberg en la cual el sueco envió su volea en el punto de penalti desviado.
Los nervios comenzaron a aflorar en el PSG nada más salir en el túnel de vestuarios, ya que Forsberg primero con un disparo en la frontal y Sabitzer después estuvieron a punto de empatar el encuentro. Los parisinos, mucho más endebles en el aspecto defensivo, comenzaron a sucumbir ante el ritmo de los de Nageslmann. Tuchel acabó con tres centrales para asegurar el resultado y la victoria se quedó en París a pesar del flojo partido local.