Ya pasaron cuatro años desde que Brad Pitt y Angelina Jolie pusieron punto y final a su matrimonio tras pasar más de una década juntos. Sin embargo, al cerrar ese capítulo comenzó entre ellos una dura batalla legal que hoy en día continúa. En medio del proceso en el que esperan llegar a un acuerdo relacionado con la custodia de los hijos que tienen en común, Jolie dejó de estar representada por Priya Sopori, quien trabajaba mano a mano con la letrada principal de la actriz, Samantha Bley Dejean.
Según el tabloide Daily Mail, se desconoce si la ganadora del Oscar la despidió o, por el contrario, ha sido la abogada, que es socia del prestigioso bufete Greenberg Glusker LLP y ex fiscal federal, la que ha decidido renunciar a este caso. Este cambio en el equipo legal de la actriz ya fue notificado en el Tribunal Superior de Los Ángeles.
La publicación afirma que la determinación de la actriz de obtener lo que quiere en el juicio se habría endurecido, por lo que Sopori se convirtió en un obstáculo. De hecho, citan también a una fuente cercana a la intérprete que habría asegurado que no se va a echar atrás y va a seguir peleando de forma feroz para conseguir que su ex no obtenga la custodia compartida de los cinco menores.
“Angelina ha luchado con uñas y dientes para conseguir lo que quiere en este divorcio. Tratándose de sus hijos, no se echará atrás. Le está pagando una fortuna a su equipo legal, así que si cree que uno de sus abogados tiene que irse, no dudará en apretar el gatillo”, afirmó el informante al mencionado medio.
Desde que se inició el divorcio de Jolie y Pitt en septiembre de 2016, uno de los factores más importantes en la batalla de la ex pareja por la custodia ha sido el deseo de Jolie de trasladar a los niños a Inglaterra, algo a lo que el actor se opone vehementemente. También pide una repartición equitativa del tiempo con ellos.
Pitt, de 56 años, vive en Los Ángeles y quiere que sus hijos asistan a clases de forma presencial y no sigan estudiando en casa, un decisión que Jolie ha tomado de forma unilateral sin tener en cuenta los deseos de su ex esposo.
A principios de este mes comenzó el “round” final del juicio, y la pareja no ha dudado en disponer de todo su arsenal de contactos y recurrir a expertos y amigos para que testifiquen a su favor.
«Hay un montón de personas del lado de Brad que están listas para ofrecer testimonio sobre su devoción como padre”, aseguró una persona del entorno del actor a la revista Star hace algunas semanas. “Su familia está al frente, pero Jennifer Aniston, Alia Shawkat y muchos otros famosos están con él”.
Este no es la primera vez que Jolie hace cambios en defensa legal. Hace ya dos años, en 2018, se deshizo de su entonces abogada Laura Wasser, quien había representado a otros famosos como Johnny Depp y Ashton Kutcher. Según trascendió entonces, la actitud beligerante de Jolie contra su ex no encajaba bien con el enfoque más amable y conciliador de Wasser.
A mediados de agosto, Jolie pidió al Tribunal Superior de Justicia de Los Ángeles la recusación de John W. Ouderkirk, el juez encargado de su divorcio, por tener negocios en común con una abogada de Brad. Su petición no fue aceptada y el magistrado sigue al frente de este mediático proceso.
Jolie, de 45 años, y Pitt fueron pareja por 12 años y tenían dos de casados cuando la actriz estadounidense pidió el divorcio en 2016 citando “diferencias irreconciliables”. Tras dar a conocer su separación, Jolie acusó a su marido de malos tratos hacia su hijo Maddox durante un vuelo familiar, de consumir drogas y de tener problemas de autocontrol.
Por las declaraciones de su ex pareja, el actor reconoció públicamente su alcoholismo. “Bebía mucho. Se convirtió en un problema”, manifestó en una entrevista en 2017. Desde entonces se ha mantenido sobrio.
Los actores, que pasaron por el altar en 2014, contrataron los servicios de un juez privado para mantener en completa privacidad los documentos y detalles personales y financieros de su divorcio. Este proceso fue formalizado en el 2019 después de que sus abogados pidieran un “juicio bifurcado”, que permite que dos personas casadas puedan declararse solteras aunque su divorcio siga sin resolverse.