Una mujer holandesa de 89 años se convirtió en la primera persona en el mundo en morir tras contagiarse por segunda vez de coronavirus.
La paciente neerlandesa padecía también una enfermedad conocida como Macroglobulinemia de Waldenström, una forma rara de cáncer de médula ósea, por lo que su sistema inmunológico llevaba meses afectado por ello.
Dos meses después de superar el COVID-19, la mujer empezó nuevas sesiones de quimioterapia, pero la paciente empezó a tener fiebre, a toser y a sufrir una fuerte falta de aire solo dos días después, por lo que fue readmitida en el hospital.
Fue sometida a una PCR, en la que dio positivo, pero dio negativo en dos pruebas serológicas que se le hicieron para detectar si aún tenía anticuerpos contra el virus en su sangre, después de la primera vez que se contagió.
Al pasar ocho días de la admisión hospitalaria, el estado de salud de la paciente se deterioró de forma drástica y murió dos semanas después.
“Seguramente haya muerto al final a causa del coronavirus, pero también estaba ya muy enferma”, declaró a la prensa local Koopmans, que participa en un seguimiento de las reinfecciones que está haciendo la Universidad de Oxford.
La viróloga neerlandesa destacó que hoy en día hay alrededor de 25 casos de reinfecciones conocidos en todo el mundo, y en la mayoría de los casos se desarrollaron síntomas menos graves que durante el primer contagio.
Así, los científicos asumen que las reinfecciones siguen “siendo excepciones”, aunque Koopmans cree que “habrá más” pero matiza que “la pregunta importante sigue siendo si esto es algo típico del COVID-19“, porque en muchos casos el segundo contagio tuvo lugar tan solo dos meses de la primera infección.
Aunque espera que la mayoría de las personas que hayan superado un primer contagio con coronavirus están ahora protegidas “durante más tiempo” contra el COVID-19, reconoció que, en cualquier caso, “esto no durará toda la vida porque nunca se ha visto eso con ningún virus respiratorio”.
Todavía no está claro qué podrá significar el conocimiento de estos casos concretos a la hora de desarrollar la vacuna contra el COVID-19, ni hasta qué punto el sistema inmunológico aprende lo suficiente durante la primera infección con coronavirus, pero los anticuerpos producidos de forma natural después de un contagio inicial parecen desaparecer con relativa rapidez en ciertos casos.