Después de su victoria en las semifinales ante la argentina Nadia Podoroska, la polaca Iga Swiatek se llevó por delante en la final de Roland Garros a la estadounidense Sofia Kenin y se consagró campeona al imponerse por 6-4 y 6-1 en 1 hora y 21 minutos. A sus 19 años, ha conseguido el torneo profesional en su carrera y también su primer título de Grand Slam.
Al igual que a lo largo del torneo, la polaca fue un torbellino también en la final. Solamente ha cedido 23 juegos en su camino al partido definitorio, donde arrasó contra Sofia Kenin, la número 6 del ranking WTA, quien venía de ganar el Abierto de Australia.
La estadounidense de 21 años solamente pudo competir en la primera manga. Iniciado el segundo set, con 2-1 a favor de la polaca, Kenin apeló a la asistencia de un fisio, se retiró a los vestuarios y a su regreso ya apenas pudo hacer frente a su rival. Ya a partir de ahí Swiatek dictó el pulso sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier, prácticamente desierta de público por las restricciones de la pandemia.
Swiatek se ha convertido en la primera polaca que gana un grande, tanto en el cuadro femenino como en el masculino. También en la ganadora más joven de Roland Garros desde Monica Seles en 1992 y la primera en hacerlo sin conceder un set desde la belga Justine Henin en 2007.
“No sé lo que me está pasando, todo va tan deprisa”, dijo la polaca, ganadora de Wimbledon en categoría júnior en 2018, que corrió a saludar a su familia a la grada nada más ganar la bola de partido.
Sin la número 1 del mundo, la australiana Ashleigh Barty, ganadora del año pasado, que prefirió no correr riesgos en el año de la COVID-19; ni la japonesa Naomi Osaka, ganadora del US Open, Swiatek se reveló como una estrella ascendente. Además de ganar en la final a la ganadora de Australia, la polaca venció en su camino a la finalista del año pasado, la checa Marketa Vondrousova, y a la cabeza de serie número 1, la rumana Simona Halep.
Con este triunfo, por el que embolsará casi USD 2 millones, Swiatek casi dobla todas las ganancias económicas que había conseguido hasta ahora. Pero más allá del dinero está la gloria deportiva de alzar su primer trofeo como profesional y que ese sea un Grand Slam.