La seguridad es el pilar de la búsqueda de cualquier vacuna y es el requisito indispensable que debe guiar los ensayos clínicos, afirmó este miércoles (09.09.2020) la Organización Mundial de la Salud en relación con el anuncio de que se ha interrumpido el ensayo de una de las candidatas a vacuna más prometedoras contra el COVID-19. «Cuando surge una enfermedad potencialmente inexplicable en el participante de un ensayo, que puede o no tener relación con la vacuna que se está evaluando, investigar es una práctica de rigor», según una declaración que la OMS remitió a Efe.
La jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud, Soumya Swaminathan, advirtió horas antes de que no espera que las posibles vacunas estén disponibles para la población general antes de dos años, aunque los primeros grupos de riesgo podrían ser inmunizados a mediados de 2021. «Muchos piensan que a principios del próximo año llegará una panacea que lo resuelva todo, pero no va a ser así: hay un largo proceso de evaluación, licencias, fabricación y distribución», subrayó la experta india en una sesión de preguntas y respuestas con internautas a través de las redes sociales.
Europa busca otras alternativas
La Comisión Europea también se expresó al respecto de la paralización de los ensayos de la vacuna de la empresa sueco-británica AstraZeneca y dijo que es algo que «puede suceder de manera normal en cualquier ensayo clínico» y señaló que «un único evento no es suficiente para sacar conclusiones en firme». Además anunció conversaciones «exploratorias» con las empresas BioNTech y Pfizer para adquirir al menos 200 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus que las dos compañías desarrollan en colaboración, si demuestra ser «segura y eficaz».