Friends fue un éxito inigualable para su época por la suma de sus partes. A la química que existía entre sus actores se le sumó el excelente guión y los buenos gags que plagaban cada uno de los capítulos, y que décadas después siguen causando gracia a los espectadores
Si todavía hay millones de personas que la miran es porque cada una de las decisiones que tomaron sus creadores, Marta Kauffman y David Crane, funcionaron a la perfección, y llegaron a marcar la cultura pop de Estados Unidos y el mundo durante años y años.
Si todavía hay millones de personas que la miran es porque cada una de las decisiones que tomaron sus creadores, Marta Kauffman y David Crane, funcionaron a la perfección, y llegaron a marcar la cultura pop de Estados Unidos y el mundo durante años y años.
Pero el proceso no fue siempre el de tener una idea y ponerla en práctica, sino que hubo varias posibilidades que terminaron descartadas, y que podrían haber cambiado completamente la sitcom si hubiesen sido puestas en práctica. Una de ellas fue la posibilidad de que haya otra pareja principal.
La historia de Ross y Rachel es el hilo conductor que une todas las temporadas, y sus altos y bajos son los protagonistas de algunos de los momentos más memorables de Friends. Pero en un primer momento, había otros dos inesperados personajes que iba a ocupar ese puesto.
Se trata de Joey y Monica. Estaba planeado que el actor y la chef se enamoraran y la historia girara en torno a su relación. Si bien esto nunca se puso en práctica, durante el piloto se ve cómo Monica expresa que le gusta Joey, algo que luego queda en la nada, y el foco pasa a Ross y Rachel (y, en ese momento, el italiano Paolo).
Lo más curioso es que Mónica y Joey son de los pocos personajes que terminan la serie sin haber estado involucrados sentimentalmente, algo que a lo largo de cientos de capítulos, es raro.
show para gente tonta