Este 21 de agosto las relaciones diplomáticas entre El Salvador y China cumplen dos años, y en estos últimos meses se han visto fortalecidas a través de la firma de convenios entre ambos gobiernos. El Presidente Nayib Bukele realizó durante la primera semana de diciembre de 2019 una visita oficial que consolidó la amistad entre ambos pueblos.
«El aniversario es el día 21 de este mes, cuando celebramos dos vueltas al sol desde que nuestros países establecieron relaciones diplomáticas», dijo la embajadora de China en El Salvador Ou Jianhong.
La diplomática manifestó que China ve estas relaciones «con alegría y optimismo» y que en este periodo ha habido un crecimiento mutuo entre ambos pueblos. «Más allá del vasto océano que nos separa, el árbol de la amistad bilateral se ha hecho sumamente frondoso», dijo Ou.
Destacó que la cooperación binacional en los ámbitos económico y comercial ha marcado distintos récords históricos, y sus intercambios y aprendizajes culturales se han vuelto cada vez más frecuentes.
«Las relaciones entre China y El Salvador han sido cuidadas y cultivadas esmeradamente por ambos gobiernos y amigos de todos los sectores, y estos dos años son un maravilloso prólogo de esta gran historia común que estamos construyendo», agregó.
China manifestó «estar dispuesta a trabajar con amigos de todos los ámbitos para acelerar el avance de las relaciones sino-salvadoreñas, realizando nuevas y mayores contribuciones para el bienestar de ambos pueblos. ¡Cuenten con China hoy y siempre!», exclamó Ou.
El Salvador fue por muchos años uno de los principales aliados de Taiwán en América Latina. Para abrir relaciones con China Continental, El Salvador tuvo que romper primero con Taiwán. En diciembre de 2019, el presidente Nayib Bukele reafirmó las relaciones con el gigante asiático y realizó una visita oficial de 6 días por Pekín y otras provincias.
Durante la visita, el presidente Xi ofreció «una gigantesca cooperación no reembolsable».
Entre los ofrecimientos de China se encuentra la creación de un estadio nuevo, una Biblioteca Nacional de varios pisos, y una planta potabilizadora de agua que servirá para tratar la mitad de las aguas servidas que actualmente se vierten en el lago de Ilopango, lo que ayudaría a acabar con la escasez de agua en toda el Área Metropolitana de San Salvador.
Además, se incluyen inversiones en infraestructuras de zonas turísticas como las playas de Surf City, así como la restauración y ampliación del muelle del puerto de La Libertad, una de las mayores atracciones del país.
Por su parte, El Salvador se implicaría en el proyecto de «La franja y la ruta», conocido como la nueva ruta de la seda, mediante el cual Pekín intenta expandir sus vínculos comerciales en el mundo.