Clark Perry Baldwin, estadounidense de 58 años, fue arrestado como sospechoso de asesinato en una causa que estuvo «congelada» por 29 años. Camionero de profesión, es acusado actualmente por el asesinato premeditado de una mujer que estaba en su semana 24 de embarazo, hecho ocurido en Tennessee en 1991, y de dos casos similares en Wyoming. Investigadores de varios estados analizan ahora si también está implicado en otros asesinatos.
El agente especial Mike Krapfl señaló que «obviamente, hay varios casos que deben ser investigados». En total, se considera que son más de dos docenas los asesinatos en los que, desde 1980, podría estar directamente implicado Baldwin. Todos ellos incluyen mujeres golpeadas, estranguladas, apuñaladas y abandonadas en zanjas.
De los tres casos por los que fue arrestado, uno corresponde a una víctima plenamente identificada: se trata de Pamella McCall, de Tennessee, y embarazada cuando murió a los 32 años. El fiscal Cooper declaró sentirse «muy feliz de poder darle a la madre de McCall la oportunidad de ver justicia por los asesinatos de su hija y su nieta». Los otros dos casos, ocurridos ambos en Wyoming, tuvieron lugar en 1992 y los investigadores nunca pudieron identificar a las víctimas.
No es la primera vez que Baldwin tiene problemas con la ley. En 1992, durante una investigación por homicidio, su exesposa le dijo a la policía que él se había jactado de «ahorcar a una niña y tirarla de la camioneta», según recuerdan documentos judiciales. Cinco años más tarde fue condenado a 18 meses de prisión por falsificación de dinero.
El camionero fue detenido recientemente en Waterloo, Iowa, donde se encuentra recluido y sin derecho a fianza a la espera de ser enviado a Tennessee, donde será juzgado. Los investigadores identificaron al sospechoso con base en el ADN encontrado en los cuerpos de las víctimas.