Canadá dejará de proporcionar seguridad al príncipe Harry y su esposa Meghan Markle, dijo el jueves el gobierno canadiense, una vez que los duques de Sussex dejen de ser miembros activos de la familia real británica en las próximas semanas, el 31 de marzo.
La Real Policía Montada de Canadá ha estado colaborando con la Policía Metropolitana de Londres en la seguridad del duque y la duquesa de Sussex “intermitentemente” desde noviembre, cuando la pareja inició unas vacaciones de seis semanas en Canadá, según un comunicado de la Oficina federal del Ministro de Seguridad Pública.
Pero una vez que los duques de Sussex dejen de ser considerados miembros de alto nivel de la familia real británica, dejarán de recibir seguridad financiada con fondos públicos, que se estima que cuesta millones de dólares al gobierno de Justin Trudeau.
La pareja sacudió a la familia real a principios de enero con un anuncio sorpresivo de que abandonarían sus roles como miembros destacados de la realeza para liberarse del intenso escrutinio de los medios que los ha seguido durante años.
Los duques y su hijo Archie, de nueve meses, están viviendo en una mansión en Vancouver.
“Como el duque y la duquesa son actualmente reconocidos como personas internacionalmente protegidas, Canadá tiene la obligación de proporcionar asistencia de seguridad según sea necesario”, dijo el comunicado del gobierno. “La asistencia cesará en las próximas semanas, de acuerdo con su cambio de estatus”.
Ahora que Canadá no los protegerá más, la pareja podría verse obligada a pagar con su propio dinero o utilizar parte del fondo del Ducado de Cornwall, del príncipe Carlos, una vasta cartera de inversiones inmobiliarias y financieras, que recaudó USD 28,2 millones en 2019.
Además, alrededor del 5% de los ingresos de los duques de Sussex proviene de la Subvención Soberana, un mecanismo a través del cual el gobierno entrega dinero a la familia real para cubrir los gastos de los deberes oficiales y del cuidado de los palacios reales.
En su último comunicado publicado la semana pasada, Harry y Meghan dejaron en claro que tienen derecho a protección financiada por los contribuyentes las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en el hogar y en el extranjero como miembros de la familia real, ya sea en funciones oficiales o de vacaciones.
La pareja cree que esto debería continuar, a pesar de que su factura de seguridad es cercana a 1 millón de libras al año y esto podría aumentar aún más con sus viajes constantes entre Reino Unido y América del Norte.
En su declaración, los duques dijeron que “continuarán exigiendo seguridad efectiva para protegerlos a ellos y a su hijo”. Fueron fuertemente criticados al insistir en que el contribuyente debía pagar por su protección por «el perfil público del duque en virtud de haber nacido en la realeza, su servicio militar, el perfil independiente de la duquesa”.
A su vez, la pareja enfureció cuando Isabel II les prohibió usar su marca Sussex Royal como presentación para sus futuros trabajos en busca de independencia financiera. En el texto de tono hostil señalaron que ni el gobierno ni la propia reina poseían la palabra royal, pero que, sin embargo, dejarían de usar el término. También aclararon que retendrán el título de Su Alteza Real (HRH, en sus siglas en inglés), pero aclararon que no lo usarán en el día a día “porque dejarán de ser miembros activos de la familia real”.