El mayor traficante colombiano de heroína, Carlos Alberto Salazar, ha sido capturado por las autoridades de ese país después de una larga labor de inteligencia para dar con su paradero.
El también conocido como ‘El Escobar de la heroína’ fue apresado por la Policía Antinarcóticos, a finales de enero, mientras compraba entradas para un partido de la primera fase del preolímpico de fútbol, donde se enfrentarían Colombia y Argentina, en el municipio de Pereira, perteneciente al departamento de Risaralda, situado en el Eje Cafetero.
Salazar es señalado de enviar más de 100 kilos de heroína anualmente a EE.UU., que posteriormente era distribuida en varias ciudades de ese país. Por ello, la Policía Antinarcóticos lo califica como «el traficante de heroína más grande del mundo» debido a la cantidad, la calidad del alcaloide y los nexos con grupos criminales internacionales, recoge El Espectador.
‘El señor de la bata’, como también era llamado, mantenía supuestos vínculos con el Cártel de Sinaloa, que presuntamente le permitía el paso por México para llegar a EE.UU. A cambio, el narcotraficante le buscó a un grupo de ingenieros químicos colombianos para que mejoraran la calidad del alcaloide que producían en territorio mexicano.
Tras la pista
Las autoridades seguían los movimientos de Salazar desde meses atrás. Previamente, un informante se había referido al reclutamiento de ingenieros químicos en las universidades colombianas para viajar a México.
Sin embargo, lo que puso en alerta a las autoridades fue la frecuencia de entradas y salidas a su país y los numerosos viajes a Panamá, Guatemala y México. A partir de allí, intercambiaron información con los agentes estadounidenses de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) y el nombre de Salazar comenzó a perfilarse entre los testimonios de quienes lo señalaban como un ‘capo de la droga’.
Entre los hechos que centraron la atención de los investigadores se encontraban las estadías, de lapsos no mayores a dos semanas en su país, que transcurrían en casas o apartamentos diferentes. Nunca se quedaba en el mismo después de una noche y se movilizaba en vehículos de alta gama, según El Tiempo.
De igual modo, los uniformados estadounidenses obtuvieron datos relacionados con su paso por Centroamérica, donde se hospedaba en hoteles lujosos, contrataba prostitutas y se daba una vida llena de lujos.
Las pesquisas arrojaron que Salazar, que se había hecho pasar por un empresario del Eje Cafetero, compraba la heroína en los departamentos del Cauca y de Nariño y la enviaba a EE.UU. a través de ‘correos humanos’, maletas de doble fondo, vehículos, barcos y lanchas.
Actualmente sobre este colombiano de 53 años pesa una circular roja de Interpol y tiene un expediente abierto en una Corte de Nueva York.
¿Eliminando la competencia? Es por una duda que tengo.