Hace tres semanas, el 25 de noviembre, en la previa del Real Madrid-PSG, Mbappé barrió en protagonismo. Su figura y su posible fichaje eclipsaron los análisis de un partido que luego resultó una maravilla (2-2). Una pregunta de Sergio Quirante, de Gol, hizo de cerilla. Ese «¿Cree en el amor a primera vista?» descolocó a un Zidane que acabó dejando un titular de los que se recuerdan: «A Mbappé le conozco desde hace tiempo. Ya estoy enamorado de él, primero como persona (…). Es el rival, no te puedo decir más».
Su respuesta desató las especulaciones sobre un eventual cambio de aires de Mbappé, tema muy de actualidad hable así de sincero o no Zidane. Este sábado, sin embargo, ZZ recogió cable al ser cuestionado por la estrella del PSG. Molesto con su entrenador por cómo viene gestionando sus minutos desde el final de la pasada temporada, un malestar que comparte su padre y agente, el delantero ha escenificado dos veces desde el Bernabéu su decepción al ser sustituido. «Es un jugador del PSG y no voy a comentar yo aquí lo que pasa allí. Sería una falta de respeto. Conozco muy bien a Kylian, pero tengo que respetar», contestó Zizou, que no quiso entrar en si esta circunstancia aumenta las opciones de fichar a su compatriota.
Zidane quiso rebajar así el caldo de cultivo que se está formando en torno a este asunto. Tanto el técnico francés como Florentino saben que la única fórmula que podría desatascar una futura operación por Mbappé pasa por que el PSG no se sienta atacado. Y también conocen que en París han sentado muy mal la intervención del entrenador en la previa del encuentro de Champions, sobre todo porque es un discurso alimentado desde Mónaco, donde no paran de recordar que el sueño del crack es vestir de blanco algún día… De hecho, Leonardo, director deportivo del Parque de los Príncipes, fue tajante para cortar los rumores: «Se quedará aquí al 100 por 100».