Francia vive este jueves una jornada de huelga general contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el presidente Emmanuel Macron, que afecta a diversos servicios del país, incluyendo los trenes, aviones, escuelas y hospitales, mientras la policía usa gases lacrímogenos para dispersar a los manifestantes.
Alrededor del 90% de los trenes de alta velocidad que debían circular este jueves fueron anulados, 10 de las 16 líneas del metro de París amanecieron cerradas, cientos de vuelos fueron cancelados y la mayoría de las escuelas y colegios no abrieron sus puertas.
Según informaron los sindicatos pasado el mediodía, el paro del transporte continuará hasta el lunes. La red de transportes públicos parisinos permanecerá “prácticamente paralizada” si el gobierno no abandonaba la reforma, advirtió Thierry Babec, del sindicato UNSA.
El proyecto del gobierno busca sustituir los 42 regímenes que existen en la actualidad por un sistema por puntos en el que cada euro cotizado dé los mismos derechos al alcanzar la jubilación, y contempla con ello acabar con los beneficios de los que gozan trabajadores como los de la SNCF o la red metropolitana parisina de transporte.
En Francia comenzó la represión contra los manifestantes que rechazan la reforma jubilatoria y las políticas de ajuste impulsada por el Gobierno de Macron.
¿También eso es culpa del comando cubano-venezolano que opera en Chile y en Bolivia lo que pase ahí? pic.twitter.com/Gz3dQVgW2n
— Edgardo Rovira (@EdgardoRovira) December 5, 2019
Las tensiones estallaron cerca de la plaza de la República, al este de París, donde miles de personas se habían reunido para protestar contra las reformas de las pensiones previstas. Un remolque de construcción fue volcado y prendido fuego, enviando una enorme columna de humo hacia el cielo. En esa zona se constituyó un grupo de lo que se conoce como “black bloc” formado por al menos 500 manifestantes radicales, según fuentes oficiales citadas por la emisora France Info.
El Gobierno había señalado que los servicios secretos han detectado en los últimos días la intención de colectivos extremistas de acudir a las manifestaciones en París y otras ciudades del país. Por eso la Prefectura de Policía instó a los comerciantes a lo largo de todo el trayecto de la marcha en la capital a cerrar sus establecimientos para evitar los efectos de las acciones vandálicas. En total, unos 6.000 agentes han sido movilizados en la ciudad para prevenir actos de violencia.
Manifestante disfruta ser rociado con cañones de agua
Los manifestantes parisinos enfrentan a la Policía en medio de la huelga en Francia. Uno de ellos parece incluso disfrutar del agua con la que intentan dispersarlo. pic.twitter.com/O4SZnMl00n
— RT en Español (@ActualidadRT) December 5, 2019
Según las cifras policiales, hasta primera hora de la tarde unas 285.000 personas habían salido a las calles de todo el país para protestar contra la reforma de las pensiones en una cuarentena de ciudades.
Policías, recolectores de basura, abogados, jubilados, transportistas y los “chalecos amarillos”, el potente movimiento social de protesta surgido en noviembre de 2018 en Francia, se sumaron también al paro.
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Para evitar el caos de los transportes, muchos franceses optaron por trabajar desde sus casas. “Pedí trabajar hoy desde mi casa, pero espero que la huelga no dure demasiado porque no podré hacerlo de manera indefinida”, contó a la AFP Diana Silavong, ejecutiva en una empresa farmacéutica.
Otros muchos caminaron desde muy temprano desde sus casas a sus lugares de trabajo.
«¡Quería tomar una bicicleta pero creo que todos tuvieron la misma idea!», dice entre risas Guillaume frente a una estación de bicicletas de libre servicio completamente vacía en París. «Tendré que ir a pie hasta la oficina», añade resignado este treintañero.
El caos y la desinformación reinaba también entre los turistas, muchos de los cuales se vieron sorprendidos al ver cerradas las puertas del metro. «Ayer compramos billetes y hoy no hay nadie que nos informe», afirman Pedro Marques y Ana Sampaio, una pareja de portugueses que pretendían ir a visitar Montmartre.
El detonante de este estallido de indignación popular es la reforma del sistema de pensiones que prepara Macron, una promesa de campaña que tiene como objetivo eliminar los 42 regímenes especiales que existen actualmente y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales.
En su lugar se instaurará un sistema único en el que todos los trabajadores gozarán de los mismos derechos a la hora de recibir una pensión una vez que se jubilen.
Para el gobierno, se trata de un sistema “más justo y simple” en el que “cada euro cotizado dará los mismos derechos a todos”. Pero los sindicatos temen en cambio que el nuevo sistema atrase la jubilación, actualmente de 62 años, y disminuya el nivel de las pensiones
Algo asi deberiamos hacer en El Salvador cuando los bancos, los diputados, los impuestos y el gobierno nos quiera oprimir con alguna medida inhumana. Demandamos aumento del salario y prision para los que enterraron el pais.