El presidente Donald Trump presentó este martes su plan de reforma migratoria, una de las prioridades de su gobierno, con el que apunta a un sistema basado en el mérito de los solicitantes de visas y residencias.
El texto del proyecto de ley todavía no fue revelado, pero el yerno y asesor de Donald Trump, Jared Kushner, adelantó algunos lineamientos en una reunión de gabinete en la Casa Blanca.
«El presidente me pidió que tome sus ideas para un sistema migratorio moderno. Creemos que es una muy buena propuesta para Estados Unidos», declaró Kushner.
Según adelantaron funcionarios, el proyecto terminaría los vacíos legales que afectan a las agencias migratorias y establecen un sistema de mérito para los inmigrantes que buscan establecerse en Estados Unidos.
Darle prioridad a estos parámetros va en detrimento de factores tomados en cuenta en la actualidad (como los lazos familiares o el sistema de lotería de visas), y haría más difícil la entrada de trabajadores de baja calificación.
Por ahora, no han trascendido disposiciones para la situación de los indocumentados que ya residen en EEUU, así como una solución definitiva para los «dreamers» que ingresaron al país como menores de edad.
Las novedades tendrán que esperar, ya que el Congreso entrará en receso en las próximas semanas. Por ahora, una decena de legisladores republicanos han trabajado sobre la propuesta y adelantado su apoyo, pero no es una propuesta bipartidaria, por lo que se prevé una ruta difícil en al Cámara de Representantes, donde la mayoría es opositora. De todas formas, sería una forma de desplegar la visión de la Casa Blanca sobre el tema.
«El objetivo ha sido unificar a los republicanos lo máximo posible en torno a un plan», indicó un funcionario a la agencia Reuters, bajo condición de anonimato. «Veremos si los líderes quieren someterlo a votación».
Los planes se conocen en medio de un tenso enfrentamiento entre el presidente y la bancada demócrata, luego de que Trump publique comentarios racistas en sus redes sociales apuntados contra cuatro legisladoras progresistas.
Además, esta semana, la Casa Blanca endureció sus reglas en torno a las solicitudes de asilo, con una norma que rechaza automáticamente a casi la totalidad de los migrantes centroamericanos, ya que exige que los migrantes hayan pedido refugio en otro país de paso.
La medida fue demandada en tribunales este martes por organizaciones civiles. «Éste es la restricción más extrema del gobierno Trump contra el asilo. Claramente viola la ley nacional e internacional y no puede mantenerse», dijo Lee Gelernt, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
Estados Unidos solo procesará casos de extranjeros que demuestren que solicitaron asilo en al menos un país y su petición haya sido denegada en última instancia; quienes entren en la definición de «víctimas de una forma grave de tráfico de personas»; y quienes hayan llegado por países que no forman parte de la Convención de Refugiados de 1951 o del Protocolo de 1965. «La implacable guerra de este gobierno contra los solicitantes de asilo no es sino despreciable», señaló Melissa Crow, del Southern Poverty Law Center.